No era
un día como otros
Bueno,
hoy era martes y tenía que irme a la escuela, lo bueno es que puedo estar con
mi mejor amiga Vale en clases, tocaron el timbre para salir a recreo, nos la pasamos
con Vale los quince minutos en la sala de clases, al término del recreo del recreo
continuaron otras dos largas horas de clases. Empezaba el siguiente recreo y
con Vale fuimos a comprar una colación al negocio de la escuela, pero yo pude
notar al tío Domingo (dueño del negocio) un poco raro, estaba como enojado, con
los ojos hinchados, y su piel se notaba de un verde pálido.
Terminamos
las clases y todos se fueron, yo me quede en la escuela, tenía un poco de
hambre y le quería comprar al tío Domingo, no lo encontraba por ningún lado.
Iba por el pasillo y escuche un ruido muy raro. Me asome a una pequeña puerta
que había y pude ver al tío Domingo totalmente cambiado. Sus ojos eran grandes
y amarillos, tenía unos colmillos muy afilados, en vez de pies tenía una
gigante cola, no tenía ni un dedo, y en vez de pelo tenía tres cuernos. Era un
verdadero monstruo.
Se fijó
que yo estaba ahí mirándolo y rápidamente se volteo hacia mí, yo empecé a
correr lo más rápido que pude mientras él me seguía, subí las escaleras y pude
notar que fue mala idea ya que estaba totalmente acorralada sin ninguna salida,
me lanzo algo viscoso, yo rápidamente me libre. No sé cómo lo hice que pude
volver a bajar, el seguía persiguiéndome y rompiendo todo a su paso. Yo agarre
lo primero que encontré y se lo lancé, el objeto lo golpeo justo en la cara, él
se detuvo lo cual me dio ventaja para poder escapar. Ya estaba en la puerta y
se la cerré en la cara, me quedo mirando a través de la puerta y yo lo miraba
desde afuera.
Andrea Vera
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